Que bueno que quede,
todavía,
una semana por delante.
Que lindo es transportarse en el tiempo.
Este viaje apareció mi niñez
y se hizo dueña de todo.
Y reviví
la desesperación por soplar panaderos
la urgencia en juntar frutillas
la agilidad para trepar el ciruelo
la adrenalina al rodar por los médanos
la destreza para esquivar aguavivas
la obsesión por registrar todo en el diario
la facilidad para escribir en clave
la paciencia para desgrabar canciones
la rebeldía a la hora de la siesta
la felicidad de jugar de noche a las escondidas
la desfachatez para decir lo que pensaba
la carcajada al ganar a la payana
la panzada de cornalitos fritos
y la alegría de comer papas fritas rejilla.
Muero por saber
que pondrá mi hija en su lista
cuando la nostalgia invada su ser.
Casi siento la tentación de querer que la lista de mi bebé sea aunque sea un poquito parecida a la mía; sé que no puede serlo en tiempo y tierras distintas. Solamente aspiro a que la niña tenga en su alma el instinto de tinta y papel y guarde la lista en su bolsillo :)
ResponderEliminarChina, lindo y punzante, otra vez.
El amor por la palabra es un buen legado para dejar...
EliminarOjala lo hagan suyo.
Abrazo
que pregunta? yo siempre pienso, que recordaràn ellos! que olores, que juegos.....
ResponderEliminarSi! que curiosidad!
EliminarQue lindo transportarse un rato a la infancia....yo viaje mil años para atras leyendote...Las infancias de mis hijas las veo más llenas, por suerte, más acompañadas...Los veranos interminables de una hija única a veces no son gran cosa, según lo que le toque, no?
ResponderEliminarbesotes China!
La infancia tiene magia propia... sea donde sea, sea como sea... Abrazo, linda!!
EliminarCuantas nostalgias en común, en especial la de los panaderos!
ResponderEliminar(comparto también la curiosidad...)
un beso
Gracias por pasearte por aca!! abrazo!!!
EliminarCómo me gusta leerte! Beso sabatino!
ResponderEliminargracias!!!! Buen finde!!!!
ResponderEliminar"la obsesión por registrar todo en el diario"
ResponderEliminarYo lo hacía en las agendas, incluso pegaba hasta los papeles de chocolates o chicles que comía...
Y trepar al ciruelo y que mi abuelo diga: Se va a caer! Ja! Lindos recuerdos me trajo leerte.
Saludos!
Yo también!!! He llegado a comprar cinco agendas porque no habia encuadernación que aguante!!!
ResponderEliminarBienvenida!!!
Me encanto, yo también pegaba los boletos del colectivo, los chicles... creo q el poder ponerle olor y sensaciones a esos recuerdos es algo impagable....un beso
ResponderEliminarTal cual, es la única forma de guardar recuerdo de cosas que nuestra memoria olvidaría.
ResponderEliminarGracias por pasearte por acá!!!