La quietud del amanecer en el campo
se hizo pupila.
Sintió la libertad que la naturaleza exuda
y que la ciudad calla.
Cuando subió al caballo y empezó el galope
el vértigo se bailó un compás con el viento.
Sostenerse en su lugar
acaparó toda su atención.
La mente descansó.
El cuerpo quedó roto.
Pero deseoso de una nueva batalla.
Volvió a la ciudad
y la batalla ya era otra.
Ahora la mente cabalga sin freno
y el cuerpo se entumece.
Precioso. Sencilla descripción de rutinas diarias (buenas o no)
ResponderEliminarGracias.
Saludos,
Gracias¡¡ y bienvenida¡¡¡
EliminarMi cuerpo pide a gritos actividad, mi mente descanso y mis ojos un horizonte abierto. Me siento totalmente identificada! Un beso
ResponderEliminarEstamos todas hartas de la ciudad¡¡¡ ja ja¡¡¡ abrazoooo
Eliminaraahhh lo que daría por una mente descansando, China perfumadora y amorosa!
ResponderEliminarHay que traer el campo a la ciudad...o hacer el intento...abrazoooo
EliminarCada vez mas lindo y sentido todos tus escritos China!!! Muy visual y redondita te salió esta!!!! "el vértigo se bailó un compás con el viento" GENIAL!!!
ResponderEliminarGracias¡¡¡¡
ResponderEliminarDejemos al campo donde está...sino a dónde nos escapamos?? eh?
ResponderEliminarsalud!
ja ja¡¡
ResponderEliminarHola China!!!!! te ganaste el 1º premio del sorteo!!!!!!!!!!comunicate conmigo así coordinamos!!!Besotes! Gise
ResponderEliminarQué alegría!! ya te mandé mail...gracias Gise!!!
EliminarTan cierto que me da ganas de aplaudirte de pie, ja. Gracias por compartir estos relatos China! Besos!
ResponderEliminarGracias!!!
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