Hace un par de años
estuve en un pueblito del norte
durante un mes.
Había un río con
poca agua pero con mucha corriente.
Podía escucharse el correr eufórico
de las aguas golpeando
contra las piedras.
contra las piedras.
Con treintipico
volví a ser una niña.
volví a ser una niña.
Me tiraba de panza
y me dejaba llevar.
Inevitablemente me golpeaba
o quedaba con el bikini
en lugares insólitos.
en lugares insólitos.
No me importaba.
Porque en esos minutos
donde dejaba
a mi cuerpo correr con el agua
me quedaron inscriptos en la memoria
como momentos de absoluta libertad.
Y felicidad.
Y felicidad.
Hoy recreo esas sensaciones,
de a ratos,
buscando fuerzas intrépidas
que hagan de mi lo que quieran.
Y me hagan sentir libre y feliz.
que hagan de mi lo que quieran.
Y me hagan sentir libre y feliz.
Recuerdo lo feliz que volviste de ese viaje y lo roto que tenías el tobillo.
ResponderEliminarFue grandioso!!!
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